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En la lección en pdf se explican los siguientes puntos:
- El pentagrama
- Las claves
- Alteraciones
- Armadura de clave
- Partes de la figura
- Valores relativos de las figuras
- Ligadura
- Puntillo
- Doble puntillo
- El Tempo
- Alteraciones del tempo
- Compás
- Tipos de compases
- Grupos de valoración especial
- Articulación
- Dinámicos
- Signos de repetición
Aprender a leer música no es tan difícil como parece. La cantidad de información que hay que tener en la cabeza no es nada del otro mundo, pero una cosa es entender la teoría lo suficiente como para poder “descifrar” una partitura, y otra muy distinta es leer con fluidez. Puedo ayudaros con lo primero, pero lo segundo requiere mucha práctica (o más bien constancia; no se trata de darse grandes atracones, sino de ponerse un rato cada día), así que depende más bien de vosotros. En cualquier caso, no hace falta un nivel altísimo para sacarle provecho a la capacidad de lectura, y con poco que hagamos en este ámbito, observaremos progresos.
No obstante, hay bastantes ejemplos de guitarristas excepcionales (dos de mis favoritos son Django Reinhardt y Eddie Van Halen) que no aprendieron a leer y escribir música (lo que en el caso de Eddie Van Halen es muy paradójico, ya que la escritura de la guitarra eléctrica ha tenido que modificarse para poder representar algunas de las técnicas que él aplica). O sea que puedo llegar a admitir que es posible ser un buen guitarrista, incluso un gran guitarrista, o el MegaDios de la guitarra (tanto Django como Eddie), sin saber leer. Sin embargo, yo insisto a mis alumnos en la importancia y la utilidad de adquirir esta habilidad, y os animo a que lo hagáis, principalmente –pero no solamente- por cuatro razones:
- Es un fantástico sistema de entrenamiento auditivo. Cantar una melodía que vemos escrita, sin instrumento, o transcribir música que escuchamos son capacidades que requieren tener muy bien interiorizados los sonidos. No sólo sirve para leer y escribir, es también práctico para improvisar, componer…
- Ayuda a memorizar mejor la música, gracias a tener no sólo una referencia auditiva, sino también visual (lo que también ayuda a un mejor análisis). Aparte de que al poder leer y escribir no tenemos por qué memorizar absolutamente todo, y podemos tomar apuntes (frases que nos interesen, ritmos que nos llamen la atención, cómo empieza un tema que tenemos que tocar en directo, etc) de la música que escuchamos.
- Podemos aprender de los libros, que normalmente se escriben de esta manera. Un libro de armonía, por ejemplo, o contrapunto, debería incluir ejemplos musicales, y lógicamente estarán escritos usando este lenguaje, no una tablatura…
- Permite que nos comuniquemos con otros músicos, toquen el instrumento que toquen. Podemos recibir instrucciones precisas para ejecutar música compuesta por otros instrumentistas, o indicarles a éstos cómo exactamente queremos que interpreten algo que nosotros hemos imaginado.
Aunque se pueda considerar la lectura como algo opcional, hay una parte del lenguaje musical que considero absolutamente obligatoria: la rítmica. Por suerte, es la parte más fácil.
En esta lección sólo voy a explicar cómo funciona el sistema que usamos para escribir la música, su base teórica. Más adelante publicaré 4 lecciones de rítmica con sus respectivos ejercicios. Sin embargo, no publicaré ejercicios de lectura, entonación o lectura a vista. Existen muy buenos libros para entrenarse en la lectura, como los de “Ritmo y Lectura” de Encarnación López de Arenosa o los 4 de “El lenguaje de la música” de Ana María Navarrete Porta (con un aspecto infantil, pero muy graduales, completos y bien diseñados didácticamente hablando, mejores para practicar la entonación). En cualquier caso, a quien quiera aprender solfeo, le recomendaría buscar un profesor desde el principio, al menos hasta haber forjado una base sólida. Como no siempre es posible, también voy a enumerar unas apps que pueden adquirirse gratis o a un precio módico: Es muy recomendable la aplicación para PC/MAC de http://www.miles.be (También disponible para móviles), y las apps para móviles Primavista (para dictados musicales y entonación) y Perfect Ear 2 (que aparte de ejercicios de reconocimiento de acordes, incluye ejercicios de lectura de ritmos).